Endless Rain

Envié esto a un concurso .__. cha chaan (8) XD eso

lo que esta con cursiva, es parte de "endless rain" de X japan *¬*

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Amistad, eso era al principio, una simple amistad nada más. De a poco nos comenzamos a querer, ella a y yo a ella, cada vez esta amistad se fortalecía más y más, hasta que un día sucedió algo que jamás imaginé.

Nos conocimos hace bastante tiempo atrás, cuando teníamos solo 12 años, ahora tenemos 17. Fue un día que Javier, un amigo mío y de ella nos invitó a un parque de diversiones, sin embargo, a penas llegamos comenzó a llover con gran fuerza, así que nos fuimos a su casa caminando lentamente bajo esa lluvia interminable, riendo y hablando, saltando sobre uno y otro charco de agua, sin importar por como estábamos quedando, nos agradamos mutuamente, a pesar que teníamos personalidades totalmente opuestas. Ella, alegre, cariñosa, siempre con esa sonrisa tan natural, expresaba lo que sentía sin ningún temor, y yo por mi parte, de pocas palabras, algo agresiva, con un extraño sentido del humor, con una extraña inclinación a lo grotesco, mientras que ella solo vivía su mundo de fantasías infantiles.

Ese día nos hicimos amigas, descubrimos que estudiábamos en el mismo colegio, sin embargo, jamás nos habíamos visto, nos reuníamos cada recreo que podíamos al igual que ahora. Sentía celos esas veces que la veía con sus compañeras, ahora… siento algo parecido pero más fuerte cuando la escucho hablar del chico que le gusta.

No en que momento me enamoré de ella, de mi amiga, en que momento dejé de mirar a esa joven de cabello oscuro como a amiga, no supe controlar mis sentimientos, tampoco podía evitar la taquicardia repentina que me daba con solo verla, tampoco el rubor de mi rostro cuando me abrazaba en alguno de sus ingenuamente infantiles juegos. Me enamoré de alguien de mi mismo sexo, pero eso no me preocupaba, solo le temía a perderla, ella era la única que podía hacer que sonriera cuando estaba enfadada o ya no quería saber nada de este mundo, la única persona que sabia casi todo de mi, me levantaba pensando en que en solo un par de horas la volvería a ver, aunque estuviéramos hablando por teléfono casi toda la noche, solo porque ella no podía dormir. Y esos días que no iba, se hacían eternos, andaba decaída y solo pensaba en ella, en su voz, en su cálida presencia, en cada incoherencia que decía solo para verme reír, como ella misma me confesaba.

No pasó mucho tiempo hasta que al fin conoció a ese tipo que le quitaba el sueño y estaba presente en casi todas nuestras conversaciones. Lo envidiaba tanto sabia que no la valoraría tanto como yo, sabia que jamás seria capaz de amarla así como yo, pero nada podía hacer para evitarlo, mis agrios comentarios no servían de nada ya. Y tampoco pasó mucho para que se diera cuenta de cómo era pero de la peor forma.

Salí a caminar una tarde alrededor de las 7.00, ya estaba bastante oscuro, caminé hasta llegar a un parque no muy lejos de mi hogar y me senté, andaban algunas personas, pero no les presté atención, hasta que vi. una silueta que me pareció familiar.

- Maca… ¿Eres tu?- Me acerqué a esa persona, y si, era ella, en quien había pensado desde que salí de mi hogar. Eso que me impulsó a salir, ¿Seria que me encontraría con ella? Estaba con sus grandes ojos llorosos, con una expresión en su bello rostro tan triste, tan desesperanzado, se veía totalmente defraudada y estaba segura de saber cual era la razón. Se lanzó a mis brazos para comenzar a llorar desesperadamente, ahogándose con sus propias lagrimas. De pronto comenzó a caer una suave llovizna, que se mezcló levemente con sus tristes lágrimas. Nos fuimos a sentar bajo un gran árbol para protegernos de ella, mientras seguíamos abrazadas ella me contaba lo de su ex-novio , que solo causó mal en su inocente y puro corazón. Me sentí tan egoísta al verme feliz por lo ocurrido, pero no lo podía evitar.

Al día siguiente, en un recreo llegó él, estábamos solo las dos tiradas en el pasto tomadas de la mano mientras ella cantaba una alegre canción. Le ordenó que hablaran, Maca se negó ya que yo le había pedido que por favor ya no se hiciera mas daño, sin embargo, el siguió insistiendo hasta que la levantó del suelo tomándola por los brazos, en menos de cinco segundos estaba de pie delante de ella con los brazos extendidos protegiéndola, jamás la dejaría a su suerte, era una promesa y no dejaría que alguien así la volviera a tocar.

- ¡Córrete! ¡No tienes por que meterte en esto! – Tomó mi muñeca izquierda apartándome de ella, haciéndome caer contra el suelo, pero no se lo permitiría. Con la misma velocidad la primera vez me puse de pié. Macarena estaba paralizada, su novio y su mejor amiga peleando frente a ella.

- ¡Nunca, pero nunca voy a dejarla sola!-

- Ay, que lindo, la lesbiana se declara- con un tono burlesco, empezó a hablar de mis preferencias sexuales, haciendo que me pusiera algo nerviosa, pero estaba defendiendo a lo más preciado para mi, a si que no podía flaquear ante alguien tan repugnante – ¡y esto no tiene nada que ver contigo, lesbiana asquerosa! – Me arrojó al suelo nuevamente pero con mucha mas fuerza, dejándome ahí mientras besaba a la fuerza a Maca, quien seguía horrorizada ante la actitud de él.

Quedé pasmada con el cruel comentario que él hizo, me quedé ahí en el pasto mientras noté más de alguna mirada hacia nosotras. Ella se sentó junto a mi, me abrazó y me besó la mejilla dándome las gracias por lo que había hecho, acaso ¿no es eso lo que uno hace cuando ama? Lo da todo por esa persona, aunque no sea correspondido. Seguimos ahí, ambas nos saltamos las clases ese día, para luego irnos a mi casa a distraernos de ese pésimo momento. Cuando llegamos no había nadie, estaríamos solas todo el día, subimos a mi habitación, cerramos la puerta prendimos la televisión y nos tiramos en el suelo mirando hacia el techo. Al poco rato ella se paró y fue hacia la ventana silenciosamente, quedándose ahí un rato mirando hacia fuera.

- Va a llover hoy nuevamente- tenia una tierna sonrisa en sus labios, parecía alegrarle que el clima estuviera así, se dio media vuelta y se apoyó en el borde de la ventana mirándome- igual que cuando nos conocimos… igual que ayer- Jamás creí que se acordara de ese día, me paré y fui junto a ella, abrimos la ventana y miramos como caían esas finas gotas sobre el cemento, oíamos las húmedas pisadas de las personas que pasaban cerca. Apoyó su cabeza en mi brazo y empezó a cantar muy despacio, Lluvia sin fin.. .Cae en mi corazón...en este corazón herido, déjame olvidar todo el odio.. .Toda la tristeza”. Así pasó la tarde recordando momentos juntas, risas, penas, de todo. Recordando esa lluvia, que cada vez nos acercaba más.

Pasaron las semanas y extrañamente empezó a correr un rumor en nuestro colegio. Se comentaba que yo hablaba a espaldas de Maca, quedando como una bestia sin sentimientos además incluía que era lesbiana. Al principio no le tomé mucha importancia, hasta el día en que Maca llegó a mi salón, con los ojos hinchados de tanto llorar, empapada por la lluvia, este invierno realmente era difícil.

- ¡Maca! ¿Que te pasó?- Corrí hasta la puerta al verla así, y posé mi mano en su brazo, pero lo alejó bruscamente, realmente no comprendía nada.

- ¿Porqué?... como pudiste… - Comenzó a llorar frente a mi, con la cabeza agachada. Ahora entendía, esos falsos comentarios habían llegado hasta ella y ahora ella…- no quiero verte mas! – salió corriendo hasta el patio, y la perseguí como pude, entre todas esas personas que miraban curiosamente, hasta que la logré alcanzar. Las posas de agua que se habían formado se destruían con nuestras pisadas.

- Por favor, para… si quiera explícame…- se detuvo al fin, y yo hice lo mismo a solo unos pasos de ella, cansadas por haber corrido con un clima así, tuvimos que esperar un poco antes de volver a hablar. – Maca… no entiendo…

- Tu… ¿dijiste todas esas cosas?- Al fin se volteó para poder ver su rostro, seguía llorando, y yo ya no aguantaba mas esa presión, el hecho de pensar en que le estaba haciendo daño, me quemaba por dentro.

- Nunca diría eso, lo sabes y menos un día así- me acerqué lentamente y corrí el cabello que cubría su rostro, y ella se abrazó a mi, volviendo a sollozar.

- … y…- se aferró aun mas fuerte a mi, trataba de hablar pero no podía,- yo… yo a ti… ¿te gusto?- Sentí en mi rostro lo ruborizada que estaba, jamás imaginé que ella me preguntara algo así, no sabia que responder, mi corazón se acelero mas y mas, mis brazos perdieron fuerza y me invadió un gran deseo de llorar. Ella notó que la pregunta me había afectado, estaba nerviosa al igual que yo. – Disculpa…- Ninguna sabia que era apropiado decir, rompí ese tibio abrazo lentamente, me excusé con el tonto pretexto de que debía ingresar a clases, me alejé caminando lentamente, aun confundida por esas palabras que jamás imaginé.

Después de un día extremadamente agotador, caminé hacia mi casa protegiéndome de la lluvia solo con un paraguas, iba sumergida totalmente en mis pensamientos por la solitaria calle, donde resonaba el eco de mis pesados pasos en el suelo, al borde de las lagrimas, pensando en que pasaría al día siguiente cuando nos viéramos en el recreo, que me diría, ¿seguiría siendo lo mismo?. Estaba a solo una cuadra de mi casa, de pronto una fría mano se agarró de la mía haciendo que volteara bruscamente, era ella. Noté que había corrido, se veía un agitada, pero no dejaba de sonreír, se lanzó a mis brazos con una gran energía y me dijo muy despacio “no importa si te gusto o no… Tu a mi si, pero antes que nada, eres mi amiga”. Me sentí tan feliz al oír eso, no la había perdido, la abracé con toda la fuerza que pude, me acerqué a su rostro y levemente besé sus labios.

- Perdóname- no dijo nada mas, solo cogió mi mano entrelazando nuestros dedos y volvimos a caminar lentamente bajo esa lluvia que era el mejor testigo de nuestros sentimientos.

- “Lluvia sin fin, déjame estar una vez mas en tu corazón, deja a mi corazón meterse en tus lagrimas, meterse en tus recuerdos...”

27.5.08

 
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